Bien, ahora solo queda escoger uno de los tópicos… media hora más tarde me decido por el de estilos de vida ya que parece que puede darme más juego. Tecleo las palabras clave en google y espero respirando hondo ya que los ordenadores del colegio mayor no solo han sido diseñados para navegar en internet, no, sino que también para poner a prueba nuestra paciencia y a falta de ella, crezcamos en virtud.
Empiezan a aparecer distintas páginas y decido probar con Wikipedia (repudiada por mi familia debido a su falta de fiabilidad). Lo leo y la explicación que más me convence es la que me da la sociología, la cual afirma que: “un estilo de vida es la manera en que vive una persona (o grupo de personas)”, bien, esto ya lo sabemos; y sigue así, “esto incluye la forma de las relaciones personales, del consumo, de la hospitalidad, y la forma de vestir”. La primera parte la podríamos resumir con aquella frase desgastada: “Dios los crea y ellos se juntan”.
¿A qué me refiero? Simplemente al hecho de que tendemos a relacionarnos con aquellas personas con las que tenemos más cosas en común. Buscamos nuestro sitio para ganar en seguridad y un ejemplo muy cercano es el de donde nos sentamos en clase. Normalmente en el colegio (por lo menos en el mío) nuestros sitios estaban establecidos y a no ser que hubiese una razón de peso no nos dejaban cambiarlos. Pero lo gracioso es que ahora en la universidad ya casi por inercia tendemos a sentarnos siempre en el mismo sitio, junto a lo que ya conocemos. Pero no, no es inercia sino una elección.
Pero todavía hay más, “una forma de vida también refleja las actitudes, los valores o la visión del mundo de un individuo”, esto me parece que es cierto y quiero relacionarlo con una de las últimas intervenciones que tuvieron lugar en la última clase. La persona en cuestión afirmaba que la concepción de la juventud expuesta en los ensayos cambiaba según el estilo de vida de su autor. Esta intervención no sólo dividía en dos la clase, lo cual se puede entender ya que distintas opiniones no casan, sino que lo atribuía enteramente a los distintos estilos de vida.
Pienso que no coincidir es bueno, nos obliga a ponernos en la posición del otro, a intentar entenderlo y si no nos convence, a reafirmarnos en nuestras propias creencias y valores.
Expresar lo que uno lleva dentro no es un capricho, sino una necesidad. El problema aparece cuando se intenta imponer un estilo de vida. Siempre he pensado que no hay cosa que dañe más a la persona que vivir en contra de lo que uno cree (valores…).
En resumen, hay muchos estilos de vida y de nosotros depende la elección de uno de ellos. Pero lo más importante, y esto salió en boca de muchos de clase con distintos estilos de vida, es la presencia del respeto.
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